Pues eso mismo sentí hace unos días, cuando por cuestiones que no vienen al caso, me acerqué al barrio donde pasé mi infancia, aquellas calles anchas, el paseo que tenía hasta llegar a la panadería, el enorme patio del cole..todo eso redujo a unos pocos metros al recorrer ese barrio de Madrid a media tarde.
En un momento dado, me bajé del coche y me quedé anodadado en la verja de mi colegio, con la cabeza entre dos barrotes y la mirada perdida, recibiendo cientos de estímulos, decenas de recuerdos que estaban ahi almacenados pero que nada ni nadie me había hecho recordar en mas de 25 años. Momentos de juegos, de travesuras, de enseñanzas, al fin y al cabo de felicidad. Y todo eso por desplazarme no mas de un kilómetro de la ruta que hago a diario de mi trabajo, y "perder" media hora del valioso tiempo libre que tengo.
Y me hizo pensar lo cerca que tenemos nuestros recuerdos, pero lo lejos que se nos quedan con el paso del tiempo, y un flash como puede ser un aroma, una imagen o un sabor, nos los trae y nos hace ser mas conscientes del camino recorrido.
2 comentarios:
¡Las gomas de nata! Porque de Milán había otras, las de colores, pero las de nata mmmm. A mí me daban ganas de comérmelas jajajaja.
¿Sabes qué olor recuerdo yo con nostalgia de aquella época escolar? El del pegamento Imedio. Y me untaba un pegote en las palmas de las manos, y me encantaba arrancármelo, como si me despellejara, cuando ya se había secado.
Así he acabado yo...los vapores del pegamento es lo que tienen jajajaja
Un gesto del recuerdo...
Rodillas en la tierra, notar como se clavaban las pequeñas chinitas, entrelazar las manos, y empezar a perfilar en la arena con las manos una "carretera" sinuosa y llena de curvas por donde luego pasarian las chapas.
Algo parecido me paso a mi el año pasado, cuando la primavera vino con un estallido rojo de amapolas como solo hace años se veian... Años de infancia.
La goma de nata era el top de los top.. ¿quien no la ha metido alguna vez un mordisquito? jejeje
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