Pasa para el fondo y ponte cómod@, hay gente muy maja y bebida fresquita. Estás en mi bitácora donde todo se relativiza, un poquito de ciencia, una pizca de humor, algo de actualidad y bastante sexo, como no.

domingo, 15 de agosto de 2010

Spain is pain

Llueve a ratos, y Madrid está frío y desapacible. Pasan al lado del escaparate de la librería de mi amigo Antonio Méndez, el librero de la calle Mayor. Estamos allí de charla, fumando un pitillo rodeados de libros mientras Alberto, el empleado flaco, alto y tranquilo, que no ha leído una novela mía en su vida ni piensa hacerlo -"ni falta que me hace", suele gruñirme el cabrón- ordena las últimas novedades. En ésas entra un chico joven con una mochila a la espalda, y se queda un poco aparte, el aire tímido, esperando a que Antonio y yo hagamos una pausa en la conversación.

Al fin, en voz muy baja, le pregunta a Antonio si puede dejarle un currículum. Claro, responde el librero. Déjamelo. Y entonces el chico saca de la mochila un mazo de folios, cada uno con su foto de carnet grapada, y le entrega uno. Muchas gracias, murmura, con la misma timidez de antes. Si alguna vez tiene trabajo para mí, empieza a decir. Luego se calla. Sonríe un poco, lo mete todo de nuevo en la mochila y sale a la calle, bajo la lluvia.

Antonio me mira, grave. Vienen por docenas, dice. Chicos y chicas jóvenes. Cada uno con su currículum. Y no puedes imaginarte de qué nivel. Licenciados en esto y aquello, cursos en el extranjero, idiomas. Y ya ves. Hay que joderse.

Le cojo el folio de la mano. Fulano de Tal, nacido en 1976. Licenciado en Historia, cursos de esto y lo otro en París y en Italia. Tres idiomas. Lugares, empresas, fechas. Cuento hasta siete trabajos basura, de ésos de tres o seis meses y luego a la calle. Miro la foto de carnet: un apunte de sonrisa, mirada confiada, tal vez de esperanza. Luego echo un vistazo al otro lado del escaparate, pero el joven ha desaparecido ya entre los paraguas, bajo la lluvia. Estará, supongo, entrando en otras tiendas, en otras librerías o en donde sea, sacando su conmovedor currículum de la mochila. Le devuelvo el papel a Antonio, que se encoge de hombros, impotente, y lo guarda en un cajón.

Él mismo tuvo que despedir hace poco a un empleado, incapaz de pagar dos sueldos tal y como está el patio. Antes de que cierre el cajón, alcanzo a ver más fotos de carnet grapadas a folios: chicos y chicas jóvenes con la misma mirada y la misma sonrisa a punto de borrárseles de la boca. España va bien y todo eso, me digo. La puta España.

De pronto la tristeza se me desliza dentro como gotas frías, y el día se vuelve más desapacible y gris. Qué estamos haciendo con ellos, Maldita sea. Con estos chicos. Antonio me mira y enciende otro cigarrillo. Sé que piensa lo mismo. En qué estamos convirtiendo a todos esos jóvenes de la mochila, que tras la ilusión de unos estudios y una carrera, tras los sueños y el esfuerzo, se ven recorriendo la calle repartiendo currículum en los que dejan los últimos restos de esperanza Licenciados en Historia o en lo que sea, ocho años de EGB, cinco de formación profesional, cursos, sacríficios personales y familiares para aprender idiomas en academias que quiebran y te dejan tirado tras pagar la matrícula. Indefensión, trampas, ratoneras sin salida, empresarios sin escrúpulos que te exprimen antes de devolverte a la calle, políticos que miran hacia otro lado o lo adornan de bonito, sindicatos con más demagogia y apoltronamiento que vergüenza. Trabajos basura, desempleos basura, currículums basura. Y cuando el milagro se produce, es con la exigencia de que estés dispuesto a todo: puta de taller, puta de empresa, boca cerrada para sobrevivir hasta que te echen; y si tienes buen culo, a ser posible, deja que el jefe te lo sobe. Aún así, chaval, chavala, tienes que dar las gracias por los cambios de turno arbitrarios, los fines de semana trabajados, las seiscientas horas extras al año de las que sólo ochenta figuran como tales en la nómina. Y si encima pretendes mantener una familia y pagar un piso date con un canto en los dientes de que no te sodomicen gratis. Flexibilidad laboral, lo llaman Y gracias a la flexibilidad de los cojones se han generado, dice el portavoz gubernamental de turno tropecientos mil empleos más, y somos luz y fan de Europa. Guau.

Gracias a eso, también, un chaval de veintipocos años puede disfrutar de la excitante experiencia de conocer ocho empleos de chichinabo en tres o cuatro años, y al cabo verse el la calle con la mochila, buscándose la vida bajo la lluvia. Partiendo una y otra vez de cero. Flexibilidad laboral. Rediós. Cuánto eufemismo y cuánta mierda. A ver qué pasa cuando, de tanto flexionarlo, se rompa el tinglado y se vaya todo al carajo, y en vez de currículums lo que ese chico lleve en la mochila sean cócteles molotov.

Arturo Perez Reverte
El Semanal, 9 de febrero de 2003

5 comentarios:

Güicho dijo...

Pérez Reverte es un gilipollas.

El farero dijo...

No le conozco. Pero opino como él en esto.

Güicho dijo...

Tío, Arturo Alatriste y Picotonto es un venerador de Fidel Castro. Y eso que ni siquiera está sindicado como la mayoría de la izquierda caviar.

Y ese texto podría haberlo escrito un peruano o un argentino, países cuyas facultades de filología están llenas de futuros desempleados semicultos, la bacteria perfecta para el destructivo caldo de cultivo marxista-leninista. Es la misma retórica pre-RAF o pre-Brigadas Rojas de otras regiones más evolucionadas de Europa. Y ni siquiera muestra inteligencia emocional. Un español debería saber que los putos etarras son una vacuna anti-terrorista para sus paisanos.

El farero dijo...

Veamos, primero echemos mano de curriculum: premio principe de asturias como periodista, premio ondas como locutor, premio goya como guionista, caballero de la orden de las artes y letras (Francia)..patatin y patatan.
Ideologia politica? evidentemente si apoya a Fidel Castro no va conmigo, ahora bien aqui relata una historia de lo que era España hace unos años, que curiosamente es la España actual, y en mi opinion no realiza ninguna apología del terrorismo.
Un español conoce el terrorismo como tal, de primera mano desde hace mas de 35 años, creo que solo los irlandeses pueden decirlo de igual forma entre los paises civilizados. Y no, los etarras no son ninguna vacuna antiterrorista, son el propio virus, el miedo ha reinado el Pais Vasco, pero tambien los apoyos institucionales han generado como algunos dicen, y eso si que es retorica, que el "grupo independentista" se hiciera fuerte, fuera subvencionado con millones de euros, y no nos engañemos tuviera un apoyo de casi el 15% de la poblacion vasca que vota habitualmente.

Güicho dijo...

Esto de los premios lo que nos dice es que el sujeto domina su oficio, nada más. No es necesario hacer la lista de escritores, pintores o compositores con talento, pero socialmente cretinos.

El terrorismo tiene la virtud de atraer a los tontos de media doctrina. Por eso no necesita apologías, le basta con sugerencias. Es decir, si se crea un estado de opinión parcial donde el terrorismo es una opción, ya aparecerán los idiotas dispuestos a ejercerlo. Mira los gilipollas griegos lanzando cocteles molotov contra los bancos hace unas semanas.

De los vascongados (la vacuna suele consistir en pedazos del virus) charlaremos otro día, porque es demasiado abultado el asunto. Sólo te digo que la mayoría de los españoles y buena parte del resto de los hispanos somos vascos de alguna manera.